Almas compañeras.

Feliz martes, estoy muy contenta de recibir a todas y todos aquí en mi espacio como cada semana en el Blog de los Códigos Sagrados de Agesta.

A lo largo del camino nos encontramos con diferentes personas, algunas nos pondrán a prueba constantemente, tocando aquellas fibras que activen a nivel emocional reacciones difíciles de controlar. Esas personas acordaron con nosotros, antes de nacer, que tendrían un papel difícil de interpretar en nuestra vida, ya que deberían lastimarnos, juzgarnos o decepcionarnos, y con aquellas acciones nos harían crecer y evolucionar. No son malas personas, no lo hacen por tener algo personal, sólo siguen las directivas que les impusimos antes de venir a este plano pero que no recordamos.
Pero también acordamos con otro grupo de almas, que serian el bálsamo para las heridas, alegría en nuestro corazón y podríamos contar con ellas para ayudarnos, aconsejarnos y brindarnos su afecto durante toda o gran parte de nuestra vida. Ellas son » las almas compañeras».
¿Alguna vez tuviste una compañera de trabajo con la cual tuviste una buena relación desde el minuto uno y se hicieron rápidamente grandes amigas? ¿ Tenes amigos que consideras hermanos de la vida? ¿ Llegaste a sentir alguna conexión que va más allá de esta encarnación con alguien que apenas conocías? Cuando nos encontramos con un alma compañera es muy fácil identificarla, son las que nos alivianan el camino, las que nos apoyan en las buenas y en las malas, las que nos dan ese consejo que necesitamos o ese abrazo profundo que limpia nuestras heridas.
Ya sea una amistad de toda una vida o que dura sólo un período, son ellas con quienes también vivimos experiencias enriquecedoras y amorosas, pero que no dejan de ser también lecciones que necesitamos en nuestro sendero.
Pueden ser amigos, algún familiar cercano (primos, tíos, hermanos, parejas) o una persona circunstancial que nos cruzamos una vez y que nos dijo aquello que necesitábamos escuchar. No importa el tiempo que se quedarán con nosotros, lo más importante es el valor de su presencia y la ayuda que nos brindaron cuando más lo necesitábamos.
Reconocerlas es muy fácil, su cualidad más significativa es que hacen o hicieron de nuestra vida una existencia más bella, y nos dejaron una huella imborrable en el corazón. No siempre nos acompañaran durante toda nuestro camino pero son, fueron y serán muy importantes para nuestra existencia.
Y ustedes, tienen o tuvieron algún alma compañera? Seguramente sí, me gustaría me cuenten quienes son o fueron y que significaron en sus vidas.

Te agradezco que hayas llegado hasta el final de este artículo que he escrito con el corazón para ti, te espero la próxima semana nuevamente aquí en mi espacio en el Blog de los Códigos Sagrados de Agesta. Te invito a visitarme por mi Instagram porque hay muchas novedades que quiero compartir contigo!

Bendiciones. Brenda.