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Crónicas de un sueño de libertad!

Hubo una época en la que soñó ser libre. 

Ser libre del dolor, la dependencia, el miedo y el desamor. 

Siendo una joven mujer, salió de su casa en pos de sus sueños, llevaba 4 cajas:

1 con ropa y 3 con libros. 

Su experiencia de vida constaba de letras, leídas en cuanta novela llegaba a sus manos.

Anhelaba abrirse camino trabajando y estudiando. 

Hasta aspiraba en enviar dinero a su abuela y hermanas para alivianar su viaje. 

Cómo pasa en algunas películas, al tiempo de llegar, la “descubre” un hombre atento y sabedor de la vida.

Se sintió obnubilada, alguien por fin la veía.

Y no solo eso, la elegía…le parecía bonita e inteligente.

Exultante, ingenua e ilusionada creyó cada una de sus palabras.

Abandono sus sueños y subió, sin entender mucho, a los suyos.

Hubo momentos de ruido, pero creía haber llegado a puerto. 

Pasó el tiempo y todo cambió; O más bien comenzó lo real. 

Muy lejos de su familia, sola y ya siendo madre casi adolescente. El ruido que alguna vez intuyo, se hizo presente.

Le dijo tantas veces que no servía, que no era suficiente, que estaba en deuda por no cumplir lo prometido. Que lo creyó… creí merecer cada insulto, maltrato, indiferencia, rechazo. Lo creyó todo, hasta el punto de que aspirar a ser libre equivalía tener que dejar a su hijo, porque no iba a poder sola.

Le decía que nadie la iba a querer con un hijo ajeno, que no le daba la cabeza, que no iba a conseguir trabajo, que iba a terminar prostituyéndose.

Aterrorizada y sola, volvía a pactar con el depredador.

Intento e intento entrar en el personaje que le pedía. 

Era verdad, NO podía.

Pero no podía porque esa NO era ella, porque sentía que se le moría el alma, si accedía a lo que le pedía. 

Pasaron años, nadie supo los entretelones.

Seguía creyendo que me merecía, cada mal trato y todo lo que día a día vivía. 

Con la llegada de su segundo hijo, algo cambió …

Se sabía buena mamá, atenta y contenedora de cuanta persona herida llegaba a su vida.

Comenzó a cuestionar esas “verdades” que le decía. 

Busca ayuda, y lentamente fue acomodando sus fragmentos, O al menos los suficientes fragmentos como para animarse a huir.

Y un día lo hizo … 

Suele mirar para atrás y siente que atravesó kilómetros de fango, para llegar a Ser quien ES Hoy… pero eso es otra historia. 

SABE en alma, carne y huesos que Co-crearnos es posible por más rotos o fragmentados que estemos o sintamos.

¿Qué si Duele el proceso? ¿Incomoda? ¿Molesta? o ¿Enoja? 

¡Si!  y también implica vivir completamente libres de Ser y esto vale cada uno del segundo que nos dedicamos a sanar. 

Hasta la próxima semana en nuestro espacio de cada día jueves.

Te espero en mi Instagram @paola.vincenti y en @focu.self

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