India Blanca Mujer Medicina.

Cuento de PAOLA CARINA VINCENTI

Llegó al mundo durante una gran tormenta. Asomó sus ojos en el preciso momento en que un fiero huracán tocaba tierra en el Valle Grande.

 Toda la tribu: niños, mujeres, ancianos y hombres estaban reunidos en la choza principal, acurrucados por el miedo. En un rincón Nahuela pujaba por salir al mundo. Luchó para entrar y ganó… su madre, Estela de Luz, no logró sobrevivir… Miró con amor a la bebe y sonriendo subió al viento.

 La Chamana Bazalinda dijo que la gran tormenta fue la primera de muchas luchas de Nahuela.

 Nahuela era una niña diferente… Sus ojos eran negros como la noche, en ellos se asomaba un alma que traía el ímpetu de los vientos y el temple de la montaña; contrastaban con su tez blanca, era tan blanca como los picos nevados de la cordillera.

No fue fácil ser diferente en la tribu, aunque fuera la nieta del Cacique.

La llamaban India Blanca… los habitantes de la tribu la trataban con recelo y su familia, por temor al descontento general no la defendía. Tuvo una infancia solitaria, era curiosa, por ello aprendió de la naturaleza y de los animales del ciclo de la vida.

De Bazalinda, quien la tomara bajo su cuidado, aprendió la medicina de la tierra y de las plantas.

 Cuando Nahuela cumplió 16 estaciones, las mujeres de la tribu y ella, lideradas por Bazalinda se dirigieron a las montañas, en dirección a la caverna de ANKA. Allí celebrarían la iniciación, en la que recibiría su don con el cual ocuparía su lugar en la rueda de la vida de la tribu.

Ya en la caverna encendieron el fuego, comenzaron a entonar cantos sagrados, estrofa tras estrofa arrojaban hierbas que avivaban las llamas e inundaban el lugar de un dulce aroma.

Bazalinda llamó una a una a cada mujer y le pidió que presente su ofrenda.

Las ofrendas fueron susurradas a cada mujer, por el gran espíritu, en sueños. Tenían formas de regalos, mensajes o amuletos, Nahuela los presentaría a la Gran Señora de KETRAWE, para que esta derramara sobre las presentes y la tribu sus bendiciones y le susurrara a Nahuela su Don

La Chamana elevó las ofrendas al cielo y las arrojo al fuego. Temblaron las entrañas de la montaña, una ráfaga de viento huracanado se coló en la caverna, este pequeño huracán toco tierra a los pies de Nahuela, quien serenamente mi raba lo que sucedía. A sus pies vio un cofre, sintió algo frío que colgaba de su cuello y le daba suaves golpecitos a la altura del corazón, era una llave.

La Chamana le indicó que usara la llave para abrir el cofre.

Así lo hizo, tomo con manos temblorosa la llave y la deslizo delicadamente en la cerradura, giro la llave, inspiró profundamente y levanto la tapa.

Una brillante luz dorada la cegó por unos momentos, luego pudo distinguir en el fondo del cofre dos objetos, los tomó y los llevó ante Bazalinda.

B: -Querida Nahuela ¿qué tiene ahí m’hija?

N: -Es una piedra verde y un sobre.

B: Tomó la piedra entre sus manos y le dijo: – Este es tu Don… Ketrawe te ha entregado el «Don de Sanar Corazones».

N: -Pero Bazalinda, yo solo sé de plantas… ¿Y si no puedo cumplir lo que me pide la Gran Señora?

B: -Tranquila abre el sobre y lee.

Nahuela, entre lágrimas, abrió el sobre; para su sorpresa era una carta de su madre. Que decía así:

                          Querida hija, que feliz estoy de que leas estas palabras, estoy bien. Estoy contigo a cada paso. No temas, has recibido el Don de Sanar Corazones, yo lo recibí también a tu edad en este lugar, pero por miedo decidí guardarlo, cuando el Gran Espíritu me anuncio tu venida al mundo, me previno que no te vería crecer, y que serias tu quien habitaría el Don.

Estas bendita hija, no temas. Cuando me necesites toca tu pecho y escucha.

CON AMOR MAMA.

Enjuagando sus lágrimas irguió su pecho y mirando a Bazalinda a los ojos dijo.

N: -Acepto habitar el Don.

Al decir esto una Estela de luz, iluminó la caverna y elevándose se convirtió en estrella.

Cuenta la leyenda que desde ese día Nahuela dejó de ser una niña diferente. Desde ese día caminó por el Valle Grande ayudando y sanando corazones. Desde ese día la llamaron India Blanca Mujer Medicina.

También cuenta la leyenda que, cada estrella del firmamento nace cuando una mujer acepta habitar su Don.

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