Nuestros ancestros y la elección de vida.

Quiero darte la bienvenida nuevamente a este espacio que compartimos cada semana aquí en el Blog de los Códigos Sagrados de Agesta, estoy feliz de traerte este artículo que hablará del camino que hemos recorrido y que influencia traemos de nuestros ancestros.

Elegimos a nuestros padres y el clan familiar donde vamos a nacer. No es casual que te encuentres en la familia donde estas y que tengas los ancestros que tienes en tu árbol genealógico. Nuestra alma eligió nacer allí donde tendría mayores posibilidades de crecimiento y aprendizaje para ascender.
No es casual tampoco que tengas los inconvenientes que tienes o los obstáculos a superar ya que, todo forma en su conjunto, el plan del alma.
¿Porqué me llevo tan mal con mi mamá o mi papá? ¿ Porqué mi familia no es la que hubiera querido tener? Solemos realizarnos estas preguntas cuando pareciera que nuestra familia más cercana está en contra o no quiere realmente nuestra felicidad. Cuando no eligen lo que nosotros elegiríamos o, su manera de ver el mundo, es diferente a la nuestra. Cuando nuestra relación con ellos no es lo que nuestro corazón anhelaba y, vivimos con personas que no aportan nada positivo a nuestra existencia.
Tenemos que entender que cada ser juega un papel en está gran obra que es nuestra vida y, sin esa interpretación, no podríamos recibir la enseñanza pura y profunda que nos espera ante cada prueba en nuestro camino. Y nuestras relaciones, y cómo elegimos funcionar y accionar ante ellas, son lo que nos define como las personas que somos.
Entonces no es lo que nos hicieron o la razón porque lo hicieron, es como reaccionamos ante ello. Y si tomamos conciencia de que todo es perfecto y que no seríamos quienes somos sin nuestra historia detrás, nuestra vida sería más amena , más liviana. No guardaríamos rencor y canalizaríamos nuestra energía en ser mejores, más empáticos, amorosos y solidarios. Lo que hacemos con lo que nos hicieron, con lo que nos tocó, esa es la gran diferencia que nos define como seres que buscan evolucionar y ser mejores. Si canalizamos esa energía negativa en sanar nuestras heridas, lo que sanamos también sanará inevitablemente a las siguientes generaciones. Ayudaremos a ese árbol a curar viejos patrones y a limpiar el camino de nuestros hijos, nietos, sobrinos, para que no tengan que sufrir lo mismo.
En estos tiempos, y con tantas herramientas a nuestra disposición, es imperativo sanarnos a nosotros para que, además de las nuevas generaciones venideras, también sanemos a nuestros ancestros y , a un nivel planetario, ayudar a sanar a los seres humanos que tanto lo necesitan. Seamos luz ante la inmensa oscuridad y ayudemos a alumbrar a otras vidas.

Por mi parte me despido aquí y te invito a que me sigas en mi cuenta de Instagram donde estamos con muchísimas novedades, te espero nuevamente aquí en siete días, en este espacio nuestro, tuyo, mío en el Blog de los Códigos Sagrados de Agesta.

Bendiciones. Brenda.