Ojo de Agua Azul

“Mi madre solía decir que el amor nunca se malgasta, aunque no te lo devuelvan en la misma medida que mereces o deseas.

 -Déjalo salir a raudales -decía- Abre tu corazón y no tengas miedo de que te lo rompan. Los corazones rotos se curan. Los corazones protegidos acaban convertidos en piedra.” Penélope Stokes

Otra relación fallida, intento no pensar en ello. Taparme de trabaja ya no ayuda.

Cansada de la rutina, las exigencias, la sensación de desilusión y ahogo, decido darme un respiro y tomar el fin de semana.

Me gusta el senderismo, una buena caminata por los cerros es un buen inicio para desintoxicar el alma y la mente.

Ya en la posada, me comentan de una caverna escondida.

Mi curiosidad puede más y decido encontrarla. Con mapa dibujado, indicaciones y agua, salgo a la aventura.

Según las coordenadas está a 1 hora de caminata, llevaba 3 y ya estoy cansada. Cuando me estoy por dar por vencida, me llama la atención algo que brilla en la ladera, a unos metros de mí.

Me acerco y veo la entrada de una cueva, el brillo viene del interior. Me adentro con cuidado, probando y mirando donde pisar.

Bajo como unos 10 escalones de roca y me sorprendo al emerger dentro de una inmensa caverna natural.

 Observo cada detalle, la luz que ingresa por lo que sería el techo y se refleja en las piedras, de ellas se desprendía el brillo que me atrajo.

Las paredes rocosas tienen distintas tonalidades. También hay cómo una pileta natural, una especie de Ojo de agua Azul. Es realmente hermoso.

Llegó al borde del agua y me desplomo en la orilla, exhausta.

Me quedo allí, siento como si mi cuerpo se descargara al ser sostenido por la roca. También tengo ganas de reposar en un lugar más mullido … pero me resisto a moverme. Lo mullido y confortable me traen recuerdos de des-poder y dolor.

_ Me quedo aquí, es algo incómodo, pero me siento entera, necesito recuperar fuerzas- me digo amonestandome.

Algo más descansada, entro al agua.

Me deslizo, chapoteo y hago la plancha … ¿Será profundo? Me pregunto con susto…me embarga como ansiedad y anhelo.

Escucho que me dicen:

_Ese anhelo es de tu niña, Nahuela, son los padres los que deben velar por sus hijos y aquellos a quienes amaste, solo fueron compañeros de camino. Quién vela por vos, SOS Vos. –

Me sumerjo en lo profundo del Ojo de Agua Azul… como queriendo alejarme de esa voz, mi voz.

Siento algo pesado que me hunde, como que me pesa la piel.

Veo al espíritu de mi abuela que viene a mi encuentro, como si tratara de impedir que me hunda sin retorno.

_ ¡Nonita, me hundo, esto pesa y me jala – Ella me mira dándome fuerzas.

Siento en el cuerpo dolores de guerras, hambre, abusos, traiciones y exilio; memorias que no son mías.

_ ¡Estas memorias y piel no son mías! ¡No soy mi mamá, no soy mi abuela, no soy las mujeres de mi clan!  – le digo mientras lucho tratando de sacarme esa piel que pesa.

_ ¡Nonita, no soy las mujeres de mi clan. Si, pertenezco a él, pero elijo hacer mi experiencia, elijo vivir mi vida.

Forcejeo para desprenderme de lo que no es mío, empujó con mis pies lo que aún queda y con un último impulso lo desprendo diciendo:

_ Yo soy quien palpita, quien ama, sueña y crea. Yo soy vida y elije sanar. Al sanarme yo nos sanamos todas.  ¡Te amo Siempre, Gracias!  –

Veo cómo esa piel ajena, se hunde en el fondo del Ojo de agua Azul.

Y mirando por última vez a mi abuela, quien sonríe iluminada, nado emergiendo.

Ya en la orilla, paso a paso me sorprendo sintiendo mi cuerpo desnudo, elástico y vigoroso. Me quedo unos momentos como atemperándome.

Me siento dueña de mí, habitando mi propia piel.

Cubro mi cuerpo. Siento la ropa distinta como a la medida.

Lentamente me dirijo a la salida.

 Estoy lista para regresar al mundo, ahora Sí, YO SOY.  Hasta la semana entrante….

Te espero el próximo Jueves en este espacio de reencuentro de cada semana.

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