Parejas complementarias del mismo elemento

Aries, Leo y Sagitario

Las parejas donde ambos son de fuego suelen haber sentido rápida atracción, afinidad y fluidez. El otro se siente accesible, similar y cercano. Facilita el vínculo la sinceridad, pues explicitan y comunican con luminosa claridad sus deseos. Su compartida franqueza para expresarse les da seguridad al percibirse genuinos y confiables. Habrá que prestar atención a que esta sinceridad no se convierta en un agresivo sincericidio. Sus centelleantes personalidades pasionales y activas también pueden ofenderse con frecuencia y enroscarse en innecesarias discusiones pretendiendo imponer la propia mirada.

Tal como el fuego, sus personalidades son llamativas y dramáticas y sus amores expresivos y pasionales. Por eso es muy difícil que se aburran. La honestidad, la garra y el coraje compartidos son motores fundamentales en la pareja. Los conflictos aparecen si alguno pretende controlar o priorizar sus proyectos por encima de los del otro. Deberán aprender a darse espacio para no “incendiar” el territorio de cada uno y controlar agresivos reclamos o desmedidos dramatismos.

Tauro, Virgo y Capricornio

Las parejas donde ambos son de Tierra suelen haberse tomado tiempo para observarse y elegirse. Cuando finalmente se sintieron cómodos avanzaron para entablar una relación naturalmente comprometida. Comparten tiempos similares y gusto por andar en la vida con realismo y sensatez. Ponen siempre énfasis en la mutua necesidad de estabilidad y compromiso. Se saben leales y confiables, sostienen sus promesas y compromisos y encaran proyectos realistas en tiempo y forma. Ambos valoran la planificación y el orden. A veces, tanto anhelo de seguridad puede forzarlos a encajar o sea a “encajar”, y se someten a un molde con poco permiso para cambiar de planes o de ideas.

Priorizan la estabilidad laboral y la seguridad económica, y esto puede perjudicar disponer de tiempo para despreocuparse y disfrutar de la pareja. La previsibilidad que tanto los tranquiliza también puede someterlos a monótonas rutinas y exceso de aburrimiento. Sugiere amores calmos y seguros donde estar atentos a saber cuándo darse buena calidad de tiempo y espacios de placer. Para la Tierra resulta fundamental el contacto pausado y la tranquilidad para los encuentros por ser un elemento básicamente receptivo y sensorial.

Géminis, Libra y Acuario

Las parejas donde ambos son de aire comparten un estilo liviano, espontáneo, abierto y locuaz. Inquietos y ocurrentes, les divierte y estimula coincidir en ideologías y filosofías de vida; sociabilizar y frecuentar ámbitos intelectuales donde relacionarse e interactuar con grupos y amigos muy disimiles entre sí. Se sienten cómodos en una “pareja estilo amiguera”Sugiere amores lúdicos y lúcidos, amenos, con talento y objetividad para ponerse en el lugar del otro, para comprenderse y encontrar las palabras justas en el momento adecuado.

El aire es el elemento más rápido y liviano del zodíaco, por eso tendrán que estar atentos a no ser demasiado distantes o desconectados, o a vivir siempre acelerados padeciendo inestabilidades y vértigos innecesarios. Pueden sentir que a la pareja le cuesta definir un rumbo certero, pautar rutinas y estabilizarse. Observen su dificultad para la quietud. Aprendan a darse tiempo sin prisa e instalarse a sentir con mayor profundidad lo que cada uno de verdad necesitan de la relación.

Cáncer, Escorpio y Piscis

Las parejas donde ambos son de agua sienten una inexplicable y misteriosa atracción. Comparten fácilmente espacios de intimidad y saben darse tiempos de tranquilidad donde intuirse sin necesidad de palabras. Se contienen y acompañan con una especial ternura y profunda amorosidad. Su estilo cálido y protector sugiere parejas fuertemente comprometidas, donde es fácil pactar acuerdos y proyectar juntos. Saben acompañarse de maneras llamativamente sanadoras y permanecer juntos sin conflictos en los momentos más complicados.

Deberán estar atentos a su tendencia al encierro o a generar una relación demasiado dependiente y simbiótica. El exceso de sentimiento puede dificultar la correcta expresión. Suele costarles poner palabras a lo que en verdad necesitan. Muchas veces demoran en exceso su accionar o no comunican a tiempo lo que sienten, y cuando finalmente logran decir lo que les sucede puede ser demasiado tarde o sonar desmedidamente demandantes. La intuición y empatía que los caracteriza puede confundirse con falsas ideas sobre el otro, creyendo que debe entenderlo sin necesidad de informar las propias necesidades. Suele haber dificultad para poner límites claros y correctos a los reclamos propios y ajenos.