Tarjeta 8: GRACIAS
Era de noche cuando un peregrino anciano fue al pueblo y comenzó a pedir a los residentes locales que le permitieran pasar la noche, pero a pesar de que tocó todas las puertas, nadie le abrió.
En consecuencia, atormentado por el frío y el hambre, el vagabundo se durmió bajo un árbol frutal extenso. Y a medianoche se despertó y vio cómo unas ramas de manzano inusualmente buenas florecían a la luz de la luna.
El anciano se puso de pie, hizo una reverencia al pueblo y agradeció a la gente por no dejarlo morir de hambre. Moraleja: acepta todo lo que da la vida con gratitud. Para el desarrollo humano, el sufrimiento y el placer son igualmente necesarios.