Querido Visitante,
Bienvenido de nuevo a este encuentro semanal, que cada lunes tenemos en este vuestro rincón, como siempre y antes de empezar quiero darte las gracias por haber llegado hasta aquí, seas un visitante asiduo o llegues por primera vez…
El artículo de hoy va a tratar sobre el tema del poder sanador que tiene la Naturaleza, nuestra Madre Tierra, y más concretamente del poder mágico, ancestral, y de curación que tienen los árboles para los seres humanos, pues comprobado está por muchas personas que han entrado en contacto con los árboles, y que han notado como sus estados de ánimos, sus energías mejoraban, además de explicar los efectos benéficos de esta terapia, conocida con el nombre de “Arboterapia” o “Silvoterapia”, hablaremos de un árbol Sagrado y Ancestral, llamado por la antigua cultura celta, como “El Señor del Bosque”, os dejaré unas pautas a hacer, para todos aquellos que queráis, sintáis o necesitéis el hecho de entrar en contacto con los árboles y sus efectos sanadores, como realizarlas correctamente, pues todo lo que tiene que ver con lo mágico, lo sagrado, lo ancestral y la naturaleza, debe ser realizado siempre desde el respeto.
A nivel terrenal, de equilibrio energético de las emociones, muchas personas, que realizan un trabajo sumamente positivo como es abrazar a un árbol, o abrazar a los árboles, este acto, no solo conlleva en sí mismo una gran carga de energía benéfica y positiva, neutraliza aquellas energías, bloqueos o emociones que nos dañan, perturban, y desequilibran, sino que nos ayuda a conectar con la Naturaleza, a enrraizarnos con la energía de la Madre Tierra, a estar como se dice coloquialmente «con los pies en la Tierra» pero a la misma vez conectándonos con
nuestro interior, nuestras emociones y energías, a las cuales, el poder sentir el flujo energético y la alta carga de energía terrenal y sanadora que los árboles nos transmiten y dan, es ya un acto de gran curación y equilibrio emocional.
La terapia de abrazar a un árbol, es un trabajo y una técnica llevada a cabo por algunos terapeutas que están en el camino espiritual o de la conciencia, donde desde tiempos antiguos es sabido, que la Naturaleza en si misma y por si misma tiene un poder sanador enorme, la Madre Tierra, sus energías, sus ciclos naturales, tienen una fuerte influencia sobre el medio ambiente, las personas y por descontado en el ciclo eterno de la Vida.
Los beneficios de abrazar a un árbol son muchos y variados, como en otra serie de terapias mas naturales o espirituales, y en este caso en concreto, dependerá mucho de que a que árbol quieres tu abrazar o te sientes llamado fuertemente en tu interior a abrazar, pues cada árbol tiene una serie de propiedades que son emitidas y de alguna forma transmitidas por el círculo energético de la especie, que son vertidas a los seres humanos, cuando el árbol es abrazado por la persona o personas, entre otras y a rasgos más generales los efectos benéficos y sanadores de los árboles, lo que nos transmiten cuando los abrazamos son:
Reducción del dolor.
Ayuda en la presión arterial. Equilibra la temperatura corporal. Aumenta la tranquilidad.
Nos proporciona paz interna. Nos da sosiego y relax.
De esta doctrina de abrazar a los árboles siempre han sido muy conscientes los koalas, que abrazan a sus queridos eucaliptos o acacias para refrescarse durante los calientes veranos de Australia, de hecho estos animales combaten el calor poniendo la mayor superficie posible del cuerpo en contacto con el tronco, así se refrescan sin tener que sudar como los seres humanos, perder líquidos y por tanto tener que bajar a beber.
La arboterapia o terapia de sanación a través de los árboles, no consiste sólo en la práctica de abrazar árboles, sino también en frecuentar bosques, acto particularmente eficaz para aquellos que sufren de asma bronquial, bronquitis crónica, hipertensión arterial, nerviosismo e insomnio.
Además, según varios estudios, citados en el libro de Matthew Silverstone, “Blinded by Science”, los niños muestran “mejoras en salud y bienestar” cuando interactúan con las plantas, logrando alcanzar una mejor función cognitiva y emocional en entornos verdes.
Los árboles tendrían efectos benéficos sobre las enfermedades mentales, los trastornos de déficit de atención e hiperactividad (TDAH), los tiempos de reacción, la depresión o los dolores de cabeza.
La arboterapia sostiene que el aire de los bosques es beneficioso, ya que contiene grandes cantidades de iones negativos de oxígeno, que ayudan a estimular y armonizar los procesos vitales, la esfera psíquica y emocional, las moléculas de oxígeno con exceso de carga negativa son llamadas también “vitaminas del aire” y en presencia de estos iones, el sistema inmune se refuerza, la circulación se activa y los procesos de recuperación son estimulados.
A continuación, os ennumero una pequeña lista de árboles para realizar esta terapia, y así cada uno puede elegir el árbol que sienta más suyo, de acuerdo con los beneficios que se le atribuyen:
El Arce alivia el dolor.
El Sauce elimina del cuerpo el exceso de humedad, reduce la presión arterial y fortalece el tracto urinario.
El Olmo vigoriza el estómago.
El Abeto favorece la curación de fracturas y reduce el hinchazón. El Espino blanco fortalece el intestino y ayuda la digestión.
La Acacia sirve para equilibrar la temperatura corporal. El Cedro y el Ciprés reducen la sensación de calor.
La Higuera purifica el corazón y elimina la humedad del cuerpo.
El Pino, considerado por la medicina china como un árbol inmortal, tiene una gran capacidad de curación.
El Sauce es bueno para reducir la presión arterial
Y en concreto y hablando sobre el árbol que antes os he comentado, que es el Roble, cual era considerado en tiempos y magias antiguas, sobre todo por la cultura celta, y sus sacerdotes los Druidas para los cuales, era considerado un árbol muy poderoso y al cual daban el nombre de el “Señor del Bosque”, estos son los beneficios que abrazar a un Roble proporciona:
Quien abraza a un roble es como quien abraza a un padre, como quien abraza a un guardián, como quien abraza a un amigo.
Arrimarse a su tronco, es sentir su energía, y dejarse invadir por ella, escuchar los latidos de su alma, acomodar el ritmo de nuestro corazón a los vaivenes de nuestra conciencia.
Verse en él, sentirse en él, dejarse reflejar por su poder y por su firmeza delicada.
Cuando abrazamos a un roble todo nuestro ser se fortalece, pues “cojemos” parte de su fortaleza, nos ayuda a olvidar el desánimo y la apatía, dejando que la energía del roble entierre todas estas energías y emociones negativas para nuestras emociones tan profundas como sus raíces.
Abrazar a un Roble es a la vez sumergirse en su robustez y su coraje, en su potencia, en su empaque, en su bravura tenaz.
Abrazar a un roble, es como quien abraza un bosque, abrazar un árbol como quien abraza a un camarada, a un compañero, a un aliado en la ardua batalla de vivir.
El Roble, incondicional colaborador de la vivacidad, devoto de la verde esperanza, el roble nos fija al suelo que pisamos, nos reconcilia con lo que fuimos y lo que seremos.
Viajamos con la Savia Milenaria y ancestral que sube a sus hojas a postrarse al Sol, y tras el íntimo encuentro del abrazo, nos despedimos con gratitud y seguimos paseando maravillados y sanados en nuestras emociones, en nuestro corazón y alma.
El término u expresión “roble” se utiliza para referirse a muchas especies de árboles del género “Quercus”, nativo del hemisferio norte, y ocasionalmente también a especies de otros géneros de la misma familia (Fagaceae) e incluso de otras familias, como en el caso de algunas especies sudamericanas de Nothofagus.
En su origen, el término o palabra “roble” es al igual que la gran mayoría de palabras, un derivado del latín, los cuales lo denominaban “robur,” , con la palabra o expresión “roble” se designa a las especies europeas de Quercus de hojas blandas, de borde sinuoso, caducas o marcescentes, propias de climas templados oceánicos; o bien de variantes frescas, por altitud, del clima mediterráneo.
En el hemisferio norte, es posible encontrarlo tanto en climas fríos como tropicales, su desarrollo alcanza a los 200 años y hay datos de que existen especies que pueden haber llegado alcanzar los 1.600 años de vida. Un bosque de robles recibe el nombre de “robleda», “robledo” o “robledal”.
En otros artículos ya publicados en este rincón, quizás habréis podido ver, que he hecho mención en alguna que otra ocasión a la cultura celta, esta cultura no solo es muy antigua, ancestral, espiritual y mágica, sino que juntamente con la cultura del Antiguo Egipto fueron y son aun hasta nuestros días actuales, las piedras angulares de nuestra civilización, en muchas aéreas, en diversos aspectos, y sobre todo en creencias, temas de espiritualidad y magia; en el anterior escrito que dediqué el pasado Lunes al Equinoccio, donde incluí un horóscopo celta, que se basaba en árboles, os indiqué, que los antiguos celtas, tenían la creencia y certeza, de que dentro de los árboles, habitaba el Espíritu de alguno de sus Dioses, de ahí, que ellos a los árboles, le dieran un trato sumamente elevado, espiritual y divino, pues en su interior radicaba la energía y la fuerza de sus Deidades.
Buda se iluminó bajo una higuera, Jesús estuvo en el monte de los Olivos, a los Cátaros les gustaban las acacias, los Druidas preferían la fuerza masculina del Roble para usar su sabiduría y los jóvenes enamorados buscaban el Tilo para confiar sus intimidades amorosas porque representaba el vigor de Venus.
Los árboles son las plantas de la Tierra más grandes y evolucionadas en el plano espiritual y podemos aprender a comunicarnos con esa energía, todo parte de la observación.
Como seres vivos que son, no todos tienen el mismo comportamiento, por eso es fundamental aprender a percibir las energías, hay árboles que son más amigables que otros y aquellos que están en lugares públicos son más receptivos con los humanos que los del bosque…pues nunca debemos olvidar que en el mundo espiritual, de las energías y de la magia, muchas cosas no son vistas a los ojos físicos, pero para el alma no escapan y los árboles al igual que el resto de elementos de la Naturaleza son seres vivos, que tienen energías….el Bosque no solo es un lugar sagrado, sino que es un lugar mágico, un lugar que esconde secretos ocultos, que hay energías que no son visibles a los ojos humanos como son los elementales y que cuando nos adentramos o paseamos por un bosque o por la Naturaleza estamos entrando en un lugar no solo mágico, sino también oculto, poderoso y si no seguimos una reglas o un respeto el Bosque y los elementos que los componen no serán nuestros aliados….
A continuación paso a explicaros un ejercicio o ritual de magia ancestral celta para aquellos de vosotros que os pueda parecer interesante el buscar un Roble y abrazarlo…pero esto como todo dentro del mundo de la Magia y de los rituales requiere una serie de actos, es decir no podemos llegar a un campo donde haya un Roble y abrazarlo así sin más…no solo esto no funcionaría…sino que con esta acción estaríamos alterando el orden mágico que en el mundo mágico del Bosque, donde todo tiene su orden, su lugar y su ecosistema….
Lo primero que quiero transmitiros para aquellos de vosotros que queráis realizar no solo esta terapia sino un acto mágico y de intercambio de energías, es recordaros, que la Magia es algo que requiere de un elemento visible y un componente no visible…pues siempre en el camino del alma, muchas cosas importantes no se ven pero se saben, y se sienten que existen…, por lo tanto, cuando queramos, deseemos y preparemos para abrazar a un Roble, pues ya os he dicho es el Señor del Bosque…lo primero que debemos hacer es llegar al lugar con tranquilidad, con respeto y si es posible y la época del año lo permite, es decir no estamos en Invierno..nos descalzamos…
y antes que todo y nada, tomamos conciencia de lo que vamos a realizar…que es abrazar a un árbol, en este caso a un Roble que es no solo una energía viva, sino una energía ancestral…pues ya os he dicho que la gran mayoría de los Robles son milenarios….es decir por delante, de el, o por su lado, han pasado muchas almas en muchos tiempos y vidas…y solo por este motivo, que quizás nos pueda parecer insignificante pero por descontado no lo es, ya le otorga al Roble, un poder muy grande a nivel de energías….
Cuando estemos delante del Roble a una distancia prudencial de él, descalzos si es posible y si no no pasa nada…cerramos los ojos, realizamos unas respiraciones profundas, cogiendo el aire y dejando ir tranquilamente, aun con los ojos cerrados, y si no hay más personas alrededor o si las que hay van con nosotros a realizar el acto, en voz alta (el motivo de hacerlo en voz alta es que en todos los rituales mágicos la Voz y la Palabra tienen un poder energético muy grande) decimos:
“Espíritu del Roble, Espíritu Mágico, Poderoso y Ancestral, te pido permiso para penetrar en tu campo energético, te pido permiso para poder abrazarte, te pido permiso para que con este abrazo, tú me acojas, y acojas también todas aquellas energías que están en mi interior, en mi corazón y en mi alma, que no son buenas ni positivas para mi, te pido humildemente, que pueda descargar aquí y en ti, todo aquello que me pesa, que me carga, me frustra y me lastima…a la misma vez, te pido permiso para poder recargarme con tu Energía Sanadora, con tu poder, con tu fortaleza, con tu longevidad, con tu majestuosidad y con tu sabiduría…
Dicho esto, esperamos unos momentos y lentamente nos acercamos al Roble, cuando estemos ya delante de él y nos dispongamos a abrazarlo, nuevamente y en voz alta decimos:
“Espíritu del Roble, desconozco la deidad que habita o habitó en ti en tiempos pasados, pero te honro y voy a abrazarte pues tengo ya tu permiso…
Una vez dicho esto abrazamos al Roble, y estamos el tiempo que cada uno crea es necesario para su calma, su paz, su fortaleza; pasado el tiempo, dejaremos de abrazar al Roble, nos retiramos de nuevo hasta el lugar del inicio y en esta ocasión lo que haremos y diremos es dar las gracias al Roble y a su Espíritu, a su energía, a su campo energético y mágico por habernos permitido abrazarlo y habernos no solo podido recargar con su energía sino lo más importante, poder haber dejado en ese Árbol Sagrado, todas aquellas energías que nos causaban negatividad y haber salido de allí con más fuerza y poder
Para terminar y aquí lo dejo a gusto de cada uno, pero lo correcto sería arrodillarnos en señal de comprensión de que hemos estado en contacto con una energía ancestral y fuerte, dándole las gracias y despiendonos desde el corazón sabiendo que hemos cogido una energías muy fuertes y poderosas de este árbol, pues para los celtas dentro de el habitaba la mayor de todas sus deidades, la Deidad Sucellus, que era el Rey de todas las Deidades Celtas..
Como siempre espero que esta información pueda seros en algún momento de vuestras vidas de ayuda o utilidad, si en algún momento os decidís a coger energías de los árboles, y que siempre se recuerde que todo en el mundo, en la vida y sobretodo en la vida espiritual, el camino espiritual debe hacerse no solo desde el corazón, con el corazón, sino también con respeto y desde el respeto…
Hasta el próximo articulo en este vuestro rincón, escrito que estará dedicado hablar sobre el concepto espiritual del “Dejà Vû”.
Con Infinito Amor y Agradecimiento. Silvia.
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