Códigos Sagrados de Agesta

Soltar y abrir la puerta para ir a jugar.

Cuando era pequeña jugaba a la ronda con mis hermanas y entonábamos:

 “Arroz con leche, me quiero casar

Con una señorita de San Nicolás

Que sepa cocer, que sepa bordar

Que sepa abrir la puerta para ir a jugar “

Crecimos con sistemas de creencias que, con el paso del tiempo, dejaron de ajustarse a la vida que queremos.

Podemos saber coser y bordar o no, evaluar si nos queremos casar o no, incluso revisar si queremos tener hijo o no, lo real es que siempre elegimos hasta no eligiendo.

Me resuena la frase “abrir la puerta para ir a jugar”, siento que de eso se trata la vida. Asumir desde la auto responsabilidad la vida que quiero coser y bordar.

Habilitarme a sentir ¿Cómo es para mí?

Soltar mandatos, saberes ajenos y co- crear mi propio camino.

Las creencias y mandatos son mapas de caminos heredados. Habilitar mis propias coordenadas internas requiere habitarme, mirar, oler, saborear, paladear y elegir.

 Soltar y hacerle lugar a lo nuevo, a la incertidumbre a lo que está más allá de lo conocido.

A veces implica mirar y asumir que lo elegido ya no me nutre y hasta me desvitaliza. Requiere hacerme cargo y accionar conscientemente.

Por más buena intención o voluntad que haya puesto en un vínculo o una tarea a veces toca dejar ir.

Esto no solo aplica a grandes cambios estructurales, sino también a cómo me vinculo tanto afuera como con mi interior.

De adolescente ansiaba cambiar el mundo, hacerlo un lugar mejor, donde reinara La Paz y la equidad; pero los cambios implican decisiones y acciones pequeñas en el día a día y en nuestro mundo privado.

Cuantas veces haciendo lo mismo, hemos sostenido vínculos, trabajos o situaciones esperando que algo cambie.

Todos ansiamos ser amados, ser felices y un mundo mejor, pero seguimos en la letanía de la queja, el exitismo e inconformismo.

¿Qué pasaría si nos diéramos permiso para abrir la puerta y salir jugar? ¿Cómo sería volver a mirar el mundo como niñ@s?

Sería posible tal vez que, al hacerlo, nuestros niñ@s internos nos devolvieran el asombro y nos llevasen a contar con lo simple.

Tendremos quizás, si nos animamos, la posibilidad de dejar de pre-ocuparnos, ansiosos y apurados; para realmente ocuparnos de lo que, Si requiere nuestra energía, en vez de dejarnos drenar por un seudo vivir que nos desconecta y enajena.

Te invito a re-cordar a tu niñ@ con una actitud amorosa y sin juicio.

¿Qué le gustaba, como jugaba, que sueños tenia, que anhelaba?

A que mires desde sus ojos el mundo y tu propio mundo interno.

Es fascinante que recordar sea un acto que tiene que ver con el corazón y no con la mente. Etimológicamente viene del latín: «Re-cordis» que significa, volver a pasar por el corazón. Y… ¿Estas list@ para abrir la puerta y salir a jugar?

Espero que te haya gustado, visítame en mi Instagram @paola.vincenti y @fouc.self.cuantico y te espero el próximo jueves en este mismo espacio.

1 comentario en “Soltar y abrir la puerta para ir a jugar.”

  1. Nada más lindo que abrir la puerta para ir a jugar !
    Esa sensación de libertad que teníamos
    Del tiempo que nos sobraba
    Que bueno poder abrir la puerta Para VOLVER A JUGAR !

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