Tienes el don de la clarividencia

Si la mayoría de tus respuestas pertenecían al color Azul significa que tienes el don de la clarividencia.

La clarividencia es, como ya hemos comentado, un don que permite a una persona acceder a un tiempo futuro y conocer qué es lo que vendrá. Etimológicamente, clarividencia significa “ver con claridad” y, por tanto, es una habilidad de personas que nacen con este don. Al igual que sucede con las videntes, estas personas no pueden aprender a ser clarividentes porque es un tipo de habilidad con la que debes nacer.

Pero es importante tener en cuenta algo: una vidente siempre es clarividente, pero una clarividente no siempre es una vidente.

La videncia es un estadio más elevado del don, una habilidad que permite a la persona acceder a una información energética y espiritual mucho más amplia. Mientras que la clarividente puede conocer el futuro, la vidente puede conocerlo todo acerca de una persona.

Además, debes saber que hay muchas clases de clarividentes: algunos experimentan su don mediante la visión de símbolos, otros ven campos energéticos, otros ven espíritus, otros ven auras, etcétera. Para acceder a este plano extra físico, los clarividentes suelen llevar a cabo prácticas como la meditación o el contacto con su guía espiritual.

Desarrolla tu don en 3 etapas

El don de videncia se trabaja y se refina con el tiempo y la experiencia. Algunos afirmarán que es un choque emocional lo que lo desencadena. Otros dicen que se hereda de las abuelas. La videncia es un don, una energía que pertenece a una sola persona. Cada habilidad es única, pero necesita ser desarrollada como un músico aprendiendo la teoría musical. Por ejemplo, A ningún principiante se le ocurriría tocar, sin ningún conocimiento, una partitura de Mozart.

Para que el don de la videncia florezca, hay que tener una mente muy estructurada y bien fundamentada. El tiempo, la experiencia, los encuentros, el conocimiento contribuyen al desarrollo de este don. Algunos dicen que la videncia es un sufrimiento… No lo es. Es una verdadera felicidad ser receptivo a la gente, a los eventos, a lo que va a pasar. Para que sea una alegría, es necesario dominar las energías de este don. 

No debes dejar que nada ni nadie se haga cargo. Debes canalizarte y orientarte por el camino correcto para que puedas madurar.

La práctica

La única manera fiable de confirmar tu don es ponerlo a prueba practicándolo activamente. No dudes en solicitar a tus amigos ayudarte. Por ejemplo, de introducir una imagen con un mensaje claro en un sobre cerrado (un animal, una imagen de una batalla o hasta de un nacimiento). Si al estar en contacto con el sobre eres capaz de decir características claramente presentes en la imagen, se trata de un excelente comienzo.

Las herramientas

Escoge una herramienta que te ayude a canalizar tu don, una herramienta que siempre haya llamado tu atención. Estas pueden ser las cartas del tarot o la bola de cristal.  Deja que tu intuición te guie, no necesitas explicar porque quieres usar una baraja de tarot, una imagen o el péndulo. Una vez que hayas escogido el soporte solo tienes que investigar cómo se usa. Esto puede ayudarte a desarrollar tu don.

Preguntas claras y simples Comienza por preguntas simples de las cuales puedes intuir la respuesta. Preguntas cerradas de tipo si/no o funciona/no funciona. Deja que tu instrumento te guie a encontrar la respuesta, no intentes manipularlo la respuesta vendrá a ti sin esfuerzo.