El sufismo y las almas gemeals

El sufismo y las almas gemelas

Querido visitante,

Vuelvo hoy como cada Lunes, a esta cita semanal que tenemos en este rincón del Blog de Códigos Sagrados de Agesta con un artículo donde podremos ver que en todas las religiones, corrientes religiosas, creencias espirituales que existen actualmente, hay cosas que en todas son de igual forma y que en todas existen o coexisten ideas o conceptos que identifican a lo que en si debe o debería ser lo que se llama o se conoce como religión, hoy exponemos el concepto del Sufismo y su creencia sobre el alma y el alma gemela.

Para empezar, quiero como siempre agradecer a todas las personas que semanalmente acuden a este rincón para leer los artículos que aquí se publican, y si eres un nuevo visitante que hasta aquí llegas por los motivos que sea, a todos dar las gracias por dedicar un momento de vuestro tiempo en leer este escrito.

Os quiero mencionar que lo que en el mundo se conoce o se le da el nombre de religión, corrientes religiosas o incluso al mundo espiritual, que se le conoce como espiritualidad, todas tienen su base en algo que es Universal, una energía, una presencia, un poder que es capaz de crear vida, al que se le da el nombre de Dios, Alá, Creador, Padre…que al igual todas hacen mención al concepto del alma, todas creen en el alma, de una u otra forma, más solo es la Espiritualidad la que al igual que el Budismo la que da el verdadero sentido de lo que es el alma, como energía inmortal.

Bajo mi punto de vista u opinión no hay religión buena o mala, pues todas en su esencia tienen el concepto del bien, del amor y de Dios, es la humanidad o mejor dicho las personas que componen la humanidad con sus formas de actuar, de creer, o de hablar las que “convierten” una religión, un concepto, una idea, una corriente en buena o mala, pues como siempre y la historia así nos lo muestra, que desde tiempos ancestrales diferentes humanidades, civilizaciones, culturas o creencias que han habitado en la Tierra, muchas han usado el nombre de Dios, por el nombre de Dios, en la idea de Dios, por las creencias en Dios, para ir a las guerras, para matar, torturar, quemar, perseguir, o encarcelar a personas en base a los conceptos antes expuestos, cuando en realidad nada de todo esto tiene que ver con la verdadera idea, concepto de lo que damos el nombre de Dios, que no es más que una energía inteligente capaz de crear vida de sí misma, cuya energía es la base del Universo, que es el AMOR como fuente de todo, por eso cuando en la vida misma, en historia, en libros, en escritos, se dice y se proclama las muertes, las persecuciones, las guerras llamadas “santas”, (tipo las cruzadas, las colonizaciones, la santa inquisición etc.…), la tortura y la quema de personas en el supuesto nombre de Dios, y de esa fe o de esas creencias basadas en una religión que propaga y extiende el nombre de Dios como amor y si no piensas como yo estás en mi contra, nada es más alejado de la realidad…pues nunca nada ni nadie que hable en nombre de Dios, crea en Dios, o en la inmortalidad del alma, podrá avalar ningún tipo de mal, tortura o persecución…sino todo lo contrario.

Dicho esto, vamos a exponer lo que es el Sufismo y porque ellos al igual que otras corrientes religiosas como el budismo, antiguamente la cultura celta y los antiguos egipcios, creían no solo en el alma y su inmortalidad, sino también y en consecuencia ellos tenían la convicción de que existen almas iguales. Lo que los celtas llamaban el “Anam Cara” o alma gemela.

El Sufismo, (en árabe, ية#وف#ص ṣūfiyya o صوف#ت taṣawwuf) es una de las denominaciones que se han dado al aspecto místico del islam, es una doctrina religiosa ascética y mística del islamismo, de carácter heterodoxo y panteísta, que se caracteriza por aspirar a la unión mística de la persona con Alá (la Divinidad) a través de un camino en el que hay que seguir sucesivas etapas.

El Sufismo es una forma de vida, no solo una tradición, sino un sendero que conduce a la iluminación del ser y en consecuencia del alma, y como consecuencia de dicha iluminación, se lleva hacia adelante la verdad esencial del sentido de la vida a través del tiempo, las creencias sufis sin embargo, deben ser concebidas en un sentido vital y dinámico, su expresión no debe permanecer limitada a las formas religiosas y culturales del pasado.

La verdad del Sufismo requiere reformulación y expresión nueva, el Sufismo, tal como se le conoce, se desarrolló dentro de la matriz cultural del islam.

La revelación Islámica se presentó a sí misma como la última expresión del mensaje esencial traído a la humanidad por los profetas de todas las épocas.

El Corán (el libro sagrado del islam) reconoce la validez de profetas, o mensajeros, que han venido a despertarnos de mezquinos egoísmos y recordarnos nuestra naturaleza espiritual.

El llamado del Sufismo va dirigido a la universalidad de todas las personas o almas y se basa en el amplio reconocimiento de la existencia de un sólo Dios, el Dios de todas las personas y de todas las verdaderas religiones.

El Sufismo entiende ser la sabiduría hecha realidad por los grandes profetas, incluyendo explícitamente a Jesús, Moisés, David, Salomón, y Abraham, entre otros, e incluyendo implícitamente a otros seres iluminados innominados de cada cultura.

En el Mundo Occidental de hoy existen diversos grupos bajo el nombre de Sufismo, por un lado, están los que sostienen que no puede existir un verdadero Sufismo sin la valoración y práctica de los principios del islam, y, por otro lado, algunos grupos que ignoran más o menos las raíces Islámicas y toman sus enseñanzas de más atrás, de Sufis antiguos que pueden o no, haber tenido contacto con enseñanzas específicamente Islámicas, son este tipo de sufis, los conocidos como los sufis del alma y del corazón, y son estos lo que creen, y defienden que existe algo llamado “alma” que pertenece a Dios, que las almas van y vienen por entre los mundos, y se encuentran en diferentes momentos y es mas esta corriente dentro del mismo sufismo, defiende la creencia de que existen almas iguales a las que ellos dan el nombre de “Mónadas” o iguales en esencia, que estas almas salieron en una de Dios, y que se dividieron en dos. Pero que son iguales,

No obstante, históricamente, el Sufismo no fue concebido como separado de la esencia del islam. Todos sus Maestros trazaron su iluminación a través de una cadena de transmisión que partía del profeta Mahoma, aunque como hemos visto hay corrientes dentro del mismo sufismo que se acercan a la espiritualidad, al camino del alma, que es el auténtico.

Durante catorce siglos la vasta tradición Sufí ha contribuido con literatura sin par en la tierra, sus escritos generaron un ímpetu que permitió que floreciera una espiritualidad de amor y consciencia. Aquellos que siguen la vía Sufí del corazón, son hoy son los herederos de un inmenso tesoro de sabiduría y literatura.

Un auténtico Sufí, es el sigue la rama del corazón, y en algunos casos, puede ser iniciado en más de una rama para recibir la gracia o iluminación lo que ellos conocen como (la senda de Baraka)

La vertiente Sufi del corazón no rinde culto a personas en concreto, no obstante, creen en el determinado carisma de un Maestro en particular, que es siempre considerado desde el punto de vista de que ese carisma es íntegramente un don de Dios para ayudar o guiar.

Si hay una verdad central que el Sufismo distingue, es la unidad de ser, el hecho de que dicen y afirman que estamos integrados con lo Divino, esta es una verdad que nuestra era está en inmejorable posición de apreciar, pues emocionalmente, debido al mundo en que vivimos, gracias a las comunicaciones, el transporte e intelectualmente debido a los desarrollos de la física moderna, muchas veces se puede olvidar que Somos Uno, que todos estamos de alguna forma o manera conectados y formamos parte de un TODO, una humanidad, un Universo, un SER.

La verdad, es que formamos un todo con la Verdad, que no estamos separados de ella. La comprensión de esta verdad tiene efectos en nuestro sentido de quienes somos, en nuestra relación con los demás y con todos los aspectos de la vida.

El Sufismo tiene que ver con la comprensión de la corriente de amor que corre a través de toda forma de vida, con la unidad detrás de las formas. El Sufismo es el atributo de aquellos que aman.

Para los sufis, las personas a las cuales se les da o se les cataloga a veces erróneamente en nuestra sociedad con el nombre o sobrenombre de “amantes”, no son más que dos personas que se aman con el alma, y que por este motivo, dichas personas son y están purificadas por el amor del alma, libres de sí mismas y de sus propias cualidades y completamente atentas, conectadas y dedicadas a su Amado.

Dicho en otras palabras, los Sufis no están inmersos en el servicio por alguna cualidad propia, pues ellos ven todo lo que son y tienen como perteneciente, punto de partida, origen y fin a la Fuente Divina. Un antiguo maestro Sufí, Shebli, decía:

» El Sufí no ve nada más que almas en lugar de personas, y a Dios en los dos mundos.»

Un auténtico Sufi es aquel cuyo pensamiento va al mismo paso que su pie, es decir, está enteramente presente: su alma está donde su cuerpo está, y su cuerpo donde su alma está, y su alma donde su pie está, y su pie donde su alma está, este es el signo de la presencia sin ausencia.

Vivimos en una cultura y humanidad que es descrita como materialista, alienante, individualista, narcisista, y más aún, vivida con ansiedad, vergüenza, y culpa.

Desde el punto de vista Sufi, la humanidad hoy en día está sufriendo la peor de las tiranías, la tiranía del ego.

Adoramos innumerables ídolos falsos, pero todos ellos son formas del ego, y hay muchas maneras en que el ego humano puede usurpar incluso los más puros valores espirituales.

La idea que se nos dice en una frase del camino espiritual de que “Solo por el Amor será a salvo el nombre”, frase adjudicada a Jesús de Nazaret, como sabeis, alma gemela de María Magdalena, nos viene a recordar, que la presencia del amor en nuestras vidas puede ser el remedio más básico para el materialismo prevaleciente, para el egoísmo, y la inconsciencia de nuestra era.

En la obsesión de los falsos yoes, en darle la espalda a Dios o a todo lo divino, la humanidad puede haber perdido, el Yo esencial, nuestra chispa divina, olvidando a Dios, nos hemos olvidado de nosotros mismos, recordando a Dios empezamos a recordarnos nosotros mismos, pues dentro nuestro todos tenemos y somos almas, que en una energía, una chispa que salió de un fuego eterno que da vida, y que ese fuego, esa chispa, esa energía es inmortal como tal, y que esa alma, viene y tiene también otra energía vinculada con nosotros a la que damos el nombre de gemela…

Como siempre espero que esta información pueda seros de utilidad para recordar que lo que es auténtico y cierto, en muchos lados, de muchas formas se ve escrito y reflejado, que el camino espiritual es al igual que el de los sufis, el camino del corazón, el camino del amor, el camino o el sendero a la iluminación, la senda del Baraka, que ha de llevarnos a la profunda comprensión de lo que somos en alma, en energía, en esencia, AMOR.

“Cuando el alma está lista su doble aparece” (Proverbio Sufí)

Hasta el próximo escrito en este rincón del Blog de Códigos Sagrados de Agesta, artículo que estará dedicado hablar sobre un elemento que no solo es usado en estas épocas navideñas sino siempre, como son las velas, y su magia.

Con Infinito Amor y Agradecimiento Silvia

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