En este 2020 que termina, recapitulando, podemos o puedo dar cuenta, de que el estar presente no tiene nada que ver con el tiempo y el espacio… es más un Ser Presente.
¿Por qué a menudo necesitamos de situaciones extremas para hacernos conscientes de la magia y del misterio de la vida? ¿Por qué esperar hasta nuestros últimos días para descubrir la profunda gratitud por la vida misma? ¿Por qué nos agotamos a nosotros mismos en la búsqueda del amor, la aceptación, la fama, el éxito, o la iluminación espiritual en un futuro? ¿Por qué trabajamos o meditamos al borde de la tumba? ¿Por qué posponemos nuestra vida? ¿Por qué nos ocultamos de ella? ¿Qué es lo que exactamente estamos buscando? ¿Qué es lo que estamos esperando? ¿A qué le tememos? ¿Esa vida que tanto anhelamos, llegará en el futuro? ¿O es que siempre ha estado más cerca de lo que creemos?
Siento que este año que nos tambalea las seguridades, que puso en jaque las más catedráticas teorías de cómo se «Debe vivir», deja tras de sí de-construcción más que destrucción aunque por momentos se sintiera así.
Percibo en el aire un perfume de anhelos y sueños renovados .. esos que a medida que nos «ocupamos en producir la vida que Debemos», cansados del olvido y estar sepultados se colaron en plena incertidumbre, esos sueños que de pequeños tejíamos en siestas obligatorias o recreos ansiados.
Este año ejercité mucho el volver a mi cuerpo, a cómo siento ahí con eso que me atraviesa.. sea una idea, decisiones, sueños rotos, desamor, finales y principios.. y es ahí en el cuerpo, donde todo vibra sin el filtro del «Deber Ser», que me descubro Siendo.
Me descubro un caleidoscopio por momentos tranquila&apasionada, metódica&salvaje, visceral&sensorial, erotica&sensible, analítica&artista y muchas facetas más.
Y en este ir siendo, presente en mi, puedo y elijo estar presente en el afuera desde la unidad que soy en otrora cercenada y partida.
Coincido con lo que decía Eduardo Galeano, en su Libro de los abrazos, decía algo así como que recordar venía del latín «re-cordis» que significaba volver a pasar por el corazón.
Este 2020 fue para mi y para muchos un Re-Cordar que nos trajo de regreso a casa, a ver más que mirar, a sentir más que producir, a dejar de sobrevivir para volver a vivir desde el Corazón .
Les deseo un Feliz Año Nuevo y un Feliz Re-Cordar.
¡Hasta el año que viene!
Paola Carina Vincenti
Counselor & Certified Focusing Professional
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Te espero el próximo año en nuestro espacio tan especial llamado «La Piel que Habito y Cuerpo Consiente»
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