¿No les ha pasado que eventos de sus vidas son casi material para un libro o quizás las lecciones aprendidas de ellos?….
Había una vez un joven llamado Malak.
Vivía en un pequeño poblado de Tesalia, Grecia.
Desde niño se había interesado en cómo funcionaba el mundo y no estaba de acuerdo que por haber nacido en un hogar de campesinos esa tuviera que ser su vida.
Sus continuos planteos enfurecían a su padre quien culpaba a su madre de haberlo corrompido por enseñarle a leer.
Si bien Malak cumplía con las tareas asignadas por amor a su madre, no pasaba ni un día, sin que soñara otra vida para él.
No entendía eso que sentía en el pecho, como un llamado de emprender un largo camino, pero si sabía que ahí́ afuera había algo que lo llamaba distinto a esa vida asignada.
Un día como cualquiera, su padre lo envió al pueblo en busca de provisiones. Sin ganas, pero sin elección tomo el carro y partió́ temprano.
No le gustaba su vida, pero había algunos momentos de consuelo, como por ejemplo hacer todos los mandados rápidamente, para que le quedara tiempo y pasar por la “Tienda de las maravillas”. Nombre grandilocuente para una choza de baratijas; pero eso no le importaba, allí́ podía encontrar desde los objetos más extraños y extravagantes hasta escritos con dibujos antiguos.
Paseando por la tienda perdió́ la noción del tiempo buscando y rebuscando, al darse cuenta salió́ disparado de allí, dispuesto a tomar el carro y correr todo el camino de regreso. Al llegar junto a él, vio que una viejita descansaba tranquilamente sobre él.
_Disculpe señora debo volver a casa se me hizo tarde; ¿podría bajarse del carro?
_ ah muchacho disculpa las mañas de esta vieja, pero mis cansados huesos necesitaban un descanso, aún me quedan unas leguas por delante.
Malak desdeñaba de su suerte, pero tenía un gran corazón.
_ Me dirijo por el mismo camino quiere que la lleve en el carro?
_ Oh Gracias! Pero te atrasaría más y por lo que veo llevas prisa.
_No se preocupe ya voy tarde unos minutos más no cambian nada.
Y así́ con la viejita charlatana bien acomodada comenzó́ a empujar el carro.
El trecho de camino que compartieron se pasó́ más rápido de lo normal. La viejita le hizo toda clases de preguntas y Malak encantado de poder hablar de sus sueños respondió́ a cada una de ellas.
Al llegar a la bifurcación del camino la viejita dijo:
_ Muy bien querido Malak aquí́ me bajo.
_ ¡Pero señora aquí́ no hay nada, y está oscuro! – Protestó.
_No te preocupes hijo, mis ojos ven más de lo que parece.
La ayudo a bajar, se saludaron y cada uno tomó el camino opuesto. Hicieron unos pasos y Malak escucho que le decía.
_Tienes un corazón noble Malak, te esperan grandes aventuras. Recuerda seguir tu corazón él sabe el camino.
¡Se giró́ rápidamente para responderle a la anciana, pero ya no estaba, había desaparecido!
_ ¿Fue un sueño? – Se preguntó pellizcándose – Auch! No no .. estoy despierto y es tardísimo se dijo mientras corría a casa.
Al llegar vio que el fuego estaba encendido. Un escalofrío le recorrió́ la espalda.
Al abrir la puerta encontró́ a su madre revolviendo la olla.
_ Madre perdón, ayude a una anciana, la traje un trecho en el carro y me atrasó -Le decía mientras guardaba las provisiones.
_Lávate las manos y come hijo.
Al ponerle el plato delante noto que si madre le escondía el rostro.
La giro bruscamente y vio su labio inferior lastimado y el ojo negro.
_El té golpeo! ¡Cobarde!! ¡¿Dónde está́?!
_ Tranquilo hijo fue un accidente, quería ir a buscarte y azotare delante de todo el pueblo; al tratar de impedirlo me empujó y caí́.
_ Me da igual cómo ha sido!! ¿Dónde está́??
_ Estaba tan apenando por haberme lastimado con su furia que tu padre se fue al campo a rezarle a los dioses.
_ ¡Esos Dioses a los que reza no aran el campo, ni le dan de comer a los animales! ¡Ingratos granujas! ¡De que sirven las ofrendas si somos esclavos del destino!
Enfurecido y culposo toma algunos víveres, su bolsa de pastoreo y salió́ al amanecer.
No estaba dispuesto a que su vida la dirigieran Dioses arrogantes y presuntuosos.
Sin descanso ni sabiendo donde iba camino y camino, solo se detenía a comer y dormir, se sentía como hipnotizado.
Llego hasta la zona de montañas, sabía que el mar estaba cerca y que su hogar ya muy lejano.
De repente se desató una gran tormenta, los rayos y truenos azotaban la tierra. Asustado corrió́ sin ver, buscando refugio.
Divisó a lo alto de la montaña una especie de establo muy grande y se refugió en él.
Mojado y tembloroso se quedó́ dormido.
Sintió́ que lo sacudían bruscamente, al abrir los ojos vio ante sí a un anciano enojado que lo increpaba.
Se incorporó́ tratando de entender que le decía, hablaba un idioma que desconocía.
Con señas trato de explicarle que no era un ladrón solo trataba de protegerse de la tormenta. El hombre con el ceño fruncido le dijo.
_ Así́ que te sorprendió́ la tormenta! ¡Claro por ingratos vagabundos como tú Zeus descarga su ira con nosotros!
_ Zeus?! No sé de qué habla, solo sé que los rayos adoraban la tierra y era peligroso estar afuera.
_ No sabes quién es Zeus?!! ¡Humano ignorante! ¡¿Cómo llegaste al Olimpo si no crees en el?!! ¡¿Y qué haces en sus establos?! ¡Por mucho menos he visto pueblos enteros ser borrados de la faz de la tierra!
_ No sé de lo que habla, pero lamento haberlo molestado, me iré́.
_ De ninguna manera! – Gritó- _ Vas a pagar tu impertinencia limpiando estos establos!
_ Limpiando este lugar? ¡Pero si es enorme, voy a tardar meses!
_ Es eso o tu vida, ¡elige!
Malak viéndose acorralado accedió́.
Los establos tenían mil pasos de hombre de largo y 400 pasos de ancho.
Maldiciendo su suerte día tras día fue limpiando cada cuadra. A medida que pasaban los días su enojo y frustración fueron pasando y dieron lugar a la sorpresa. En los establos ya no solo encontraba suciedad a medida que avanzaba fue encontrando libros, objetos preciosos, telas, herramientas y objetos que desconocía su función.
Fue acomodando y despejando diligentemente cada espacio.
Cada día estaba más cerca de su libertad y extrañamente eso no le preocupaba era tanto lo que estaba aprendiendo que ya no tenía prisa, solo quería cumplir con integridad la tarea y continuar camino.
Llego a la última cuadra, al intentar abrirla está no cedió́. Utilizo todas las herramientas que encontró́ a su paso, pero esa puerta no se abrió́.
Rompió́ en llanto y entre lágrimas le pidió́ perdón a su madre por haberse ido sin avisar, a su padre por lo injusto de sus protestas y finalmente a sí mismo por infravalorarse y despreciarse.
Exhausto lo sorprendió́ la noche, ya sin ideas, dándose por vencido cayó en un profundo sueño.
A media noche lo sobresaltó un relincho.
_ Naaaa debe ser un sueño, en todos estos meses no he visto ni a un solo caballo- Se dijo y giró para seguir durmiendo.
Nuevamente escucho el relinchar, pero esta vez de varios caballos. Incorporándose se acercó́ al portón y lo abrió́. Delante de él tenia a los caballos más hermosos que hubiera visto en su vida. Uno a uno fueron entrando y acomodándose como si supieran en cada cuadra.
De repente ante sus sorprendidos ojos vio descender un majestuoso caballo alado quien era montado por el anciano que lo obligara a limpiar el lugar.
Este desmontó con una soltura desmedida para su edad. A medida que se acercaba Malak seguía sin dar crédito a sus ojos, el hombre a medida que se acercaba rejuvenecía.
_ Hola Malak! – y le tendió́ la mano-_Entiendo tu sorpresa. Déjame presentarme, soy Zeus Dios del trueno y este – señalando al caballo alado – es mí buen amigo Pegaso.
Malak boquiabierto solo pudo extender y estrechar su mano, era como si no recordara como hablar.
_ Veo que has hecho un magnífico trabajo. Pegaso me fue informando de tus avances día a día. También veo que es cierto lo que dijo HERA de ti, tienes un noble y honesto corazón.
Solo podía mirarlo, las palabras se negaban a salir.
_ Escuche tus duras palabras sobre mí y los otros Dioses, al ver a tú madre lastimada y decidí́ probar tu carácter. –
Y continúo diciendo:
_ Eres libre de ser, quien desees ser Malak, pocos hombres se atreven a seguir el llamado y desafiar hasta a los dioses por su libertad de elección.
_ Pegaso te llevará de regreso a tu hogar. – Y dándose media vuelta comenzó́ a alejarse.
_ Zeus! – lo llamo sin formalismo. _ Perdón Sr. Zeus, en realidad no sé cómo debo llamarlo.
_ Zeus está bien- dijo sonriendo.
_ Es extraño, pero en estos meses aquí́, limpiando y acomodando cada cuadra es como si me hubiera limpiado y acomodado por dentro. Me gustaría volver a casa a pedir perdón por mi arrogancia y tranquilizar a mis padres. Y después volver a aquí́, si me lo permite me gustaría seguir aprendiendo de mí y descubriendo el mundo.
Lo miro largamente y con una media sonrisa y voz de trueno dijo.
_ Está hecho!
A veces solo es necesario buscar el tesoro escondido a cada situación buena o no tan buena, con un poco de paciencia a la larga siempre aparece. Hasta la próxima semana en nuestro espacio.
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Gracias gracias por compartir tan maravillosas en señanzasss siempre tan gentil es boy a cumplir mis 10 años en las páginas de códigos sagrados . gracias maestro agestas gracias avisa a toda esta plata forma de equipo tam especiales aqi siempre presente gracias gracias gracias bendiciones